Plantar Lavanda En Maceta, Trucos y Consejos Básicos
¿Alguna vez has soñado con tener tu propio rincón aromático en casa? Si la respuesta es sí, estás en el lugar indicado. En este artículo, te voy a guiar paso a paso para que puedas plantar lavanda en maceta y conviertas ese sueño en realidad. No solo es fácil y divertido, sino que también te llenará de satisfacción ver crecer tu planta. ¿Te animas? ¡Sigue leyendo!
¿Qué tamaño de tiesto necesito?
Para que te hagas una idea, plantar lavanda en maceta no requiere de un espacio gigante, ya que con un recipiente de unos 30 cm de diámetro, está más que bien. La lavanda no es muy exigente con el espacio para sus raíces, pero sí es super importante que la maceta tenga buenos agujeros de drenaje. ¡Nada de encharcamientos! Así que ya ves, no hace falta un gran jardín para tener tu rinconcito aromático.
Usa tierra con buen drenaje para que crezca fuerte y sana
Para que tu planta esté feliz y saludable, vas a necesitar un tipo de tierra que sea ligera y tenga buen drenaje, ya que a la lavanda le encanta tomar el sol, y no le gusta nada de nada estar encharcada.
Entonces, ¿qué puedes hacer? Pues, busca una mezcla para macetas universal y añádele un poco de arena de río. Esto va a ayudar a que el agua no se quede acumulada y la tierra no se compacte. Y si puedes, colócala en un lugar donde reciba mucho sol.
Así que ya lo sabes, con la tierra adecuada y un buen lugar soleado, plantar tu lavanda en maceta, ¡es pan comido!
Para plantar lavanda en maceta es mejor, ¿Semillas o Esquejes?
Cuando se trata de plantar lavanda, tienes dos caminos: semillas o esquejes. Cada uno tiene sus pros y contras, así que vamos a desglosarlo.
Utilizar semillas es más lento, pero la única forma si no tienes otra planta de lavanda
¡Sembrar semillas es como embarcarse en una aventura! Tienes que ser un poquito paciente, porque pueden tardar en germinar. Pero, ¿a quién no le gusta la sorpresa de ver las primeras hojitas salir de la tierra?
Ventajas:
- Es un proceso mágico y gratificante.
- Puedes encontrar variedades diferentes y experimentar.
Desventajas:
- Requiere más tiempo y paciencia.
- La germinación puede ser un poco caprichosa y no todas las semillas brotarán.
Si tienes otra planta, puedes optar por la vía rápida mediante esquejes
Ahora, si eres de los que prefieren resultados más rápidos, los esquejes son lo tuyo. Es como darle un empujoncito a la planta, ya que estás usando una parte de una lavanda ya existente.
Ventajas:
- Más rápido y con mayores tasas de éxito.
- Puedes clonar tu planta de lavanda favorita.
Desventajas:
- Necesitas tener acceso a una planta madre.
- Menos variedad genética, ya que estás replicando una planta existente.
Entonces, para plantar lavanda en maceta, ¿semillas o esquejes? Bueno, depende de ti y de lo que estés buscando. Si te gusta la experimentación y la sorpresa, ve por las semillas. Si prefieres algo más seguro y rápido, los esquejes son tu mejor opción.
Presta atención a la época del año antes de plantarla
Para que nos entendamos, plantar lavanda en maceta es como surfear, ¡tienes que coger la ola en el momento justo! Y ese momento varía si decides plantarla con semillas o esquejes.
Si vas por Semillas: La primavera es el momento perfecto para plantarla. Así, les das tiempo para crecer fuertes y saludables antes de que llegue el invierno otra vez.
Si prefieres Esquejes: Aquí cambia la cosa, siendo mejor el final del verano o el comienzo del otoño. ¿Por qué? Porque la planta de la que vienen ya ha florecido y tiene más energía para dedicar a echar raíces y crecer.
Entonces, ya tienes todo lo necesario para inciar el proceso de plantar lavanda en maceta. ¡Manos a la obra y a disfrutar del proceso!
Una vez plantada, es importante cuidarla
Ahora toca mimarla un poquito para que crezca feliz y fuerte, pero no te hagas demasiados problemas, ya que no es una planta muy exigente. Las cosas que tienes que tener en cuenta son:
1. Riego: Hazlo moderadamente y asegúrate de que la tierra tenga buen drenaje. Si ves que la tierra está seca, es hora de regar. Pero si aún está húmeda, espera un poquito.
2. Sol, mucho sol: Busca un lugar bien soleado para tu maceta. Si la tienes dentro, cerca de una ventana donde reciba luz directa es lo ideal.
3. Protección contra el frío: Aunque la lavanda es bastante resistente, si el invierno es muy frío, es buena idea mover la maceta a un lugar más protegido o cubrirla un poco para evitar las heladas.
5. Abono: añadirlo durante la primavera puede ayudar, pero no te pases, con un abono equilibrado es suficiente.
¡Y ya está! Con estos cuidados, tu lavanda crecerá fuerte y te regalará ese aroma tan característico y relajante.
Ahora que tienes todos los trucos bajo la manga, ¿por qué no intentas plantar tu propia lavanda en maceta? Te prometo que, cuando veas esos primeros brotes y sientas el aroma inconfundible, te sentirás orgulloso de tu pequeño jardín. ¡Anímate, planta lavanda y comparte tu experiencia con nosotros! Y quién sabe, tal vez descubras una nueva pasión por la jardinería.
Referencias Bibliográficas
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