Aprende Cómo Hacer Jabón de Lavanda Casero
Si eres uno de los que no les gusta usar productos químicos, traigo una alternativa natural, hecha en casa y con un toque aromático. Sí, os voy a explicar cómo hacer jabón de lavanda casero, los beneficios que tiene, los ingredientes necesarios y algunas ideas para usarlo. ¿Quieres descubrir todos los pasos? ¡Vamos a ello!
Hecho en casa y con lavanda, una planta con muchas propiedades
La lavanda no solo huele de maravilla, sino que también tiene un montón de beneficios para nuestro cuerpo. Aquí te cuento algunos de los principales que obtendrás añadiéndola a tu jabón:
- Relajación: ¿Has tenido un día agotador? Pues déjame decirte que te ayudara a calmar los nervios y reducir el estrés.
- Antiséptico: Si te has hecho alguna heridita o quemadura, usarlo para limpiar esas zonas ayudará a desinfectar la herida ¡Es como tener un mini botiquín en la jabonera!
- Cuidado de la piel: La lavanda nutre y rejuvenece la piel, dejándola suavecita y con un aspecto más fresco y joven.
Ahora que sabes sus ventajas, es el momento de saber qué hay que comprar para poder hacerlo con tus propias manos.
¿Cómo hacer jabón de lavanda? Solo necesitas unos pocos ingredientes
El paso previo será ir en búsqueda de todos los materiales necesarios. Para ayudarte he creado un listado de todos ellos. Es el siguiente:
- Aceite de oliva o coco: ya lo habrás visto en muchos supermercados o tiendas de alimentos. Los encontrarás tanto en la sección de aceites para cocinar como en la de productos para el cuidado del cuerpo, especialmente el aceite de coco. Vamos a necesitar unos 500 gramos, ya que será la base de nuestro jabón.
- Hidróxido de sodio: Este es un poquito más especializado, y te aconsejo buscarlo en tiendas que vendan productos para hacer jabones o de manualidades. Necesitarás 65 gramos, pero ojo, asegúrate de manejarlo con cuidado porque es una sustancia corrosiva.
- Agua destilada: Tienes que comprar 150 gramos que podrás encontrarlos en cualquier supermercado.
- Aceite esencial de lavanda: Este es el ingrediente mágico que dará ese toque aromático a tu jabón, del que necesitaremos unas 20 o 30 gotas.
- Flores de lavanda secas (opcional): Si le quieres dar un toque más visual y una textura extra a tu jabón, puedes esparcir un puñadito de flores en la mezcla.
Vas a manejar materiales peligrosos, usa medidas de protección
Aunque es un proceso sencillo, la realidad es que hay materiales peligrosos que hay que manejar con cuidado. Es muy importante que tengas todos estos intrumentos:
- Guantes, mascarilla y gafas: Vamos a trabajar con hidróxido de sodio, que es una sustancia que puede irritar la piel y las vías respiratorias. Por eso, es muy importante protegernos bien. Los guantes van a evitar que nos quememos las manos, las gafas protegerán nuestros ojos de cualquier salpicadura accidental y la mascarilla nos ayudará a no inhalar vapores que podrían ser irritantes. Así que, ¡equipémonos como si fuéramos a entrar en un laboratorio!
- Báscula: Necesitamos ser precisos con las cantidades de cada ingrediente para que el jabón salga perfecto. Un poquito más, un poquito menos y puede que no consigamos la textura o el efecto deseado.
- Recipiente resistente al calor: Será necesario un buen recipiente porque vamos a mezclar sustancias que pueden subir bastante de temperatura. Mi consejo es usar uno de vidrio para que no se deforme ni se rompa con el calor.
- Cucharas de madera: Y por último, pero no menos importante, necesitarás cucharas de madera para mezclar todo bien. Evita a toda costa utilizar utensilios de metal porque pueden reaccionar químicamente con el hidróxido de sodio y arruinar todo el proceso. Además, las de madera no conducen calor, lo que te protegerá de posibles quemaduras.
- Moldes: Puedes usar los que quieras, hay muchísimos con distintas formas como circulares, rectangulares, de corazón…
¡Y ya estás listo para comenzar!
Si ya tienes los ingredientes y el material, es el momento de empezar
Sigue estos sencillos pasos donde te explico al detalle cómo hacer el jabón de lavanda:
- Equípate bien: Antes que nada, ponte tus guantes, mascarilla y las gafas de protección para evitar accidentes.
- Diluye el hidróxido: En recipiente de vidrio, ve añadiendo poco a poco el hidróxido de sodio al agua destilada, ¡y no al revés! Esto es super importante. Remueve bien hasta que se disuelva por completo y deja de hacer burbujas.
- Calienta el aceite: Mientras tanto, en otro recipiente, calienta el aceite de coco o de oliva a fuego bajo sin que llegue a hervir.
- Mezcla con cuidado: Con mucho cuidado, y siempre protegido, ve añadiendo la solución de hidróxido de sodio en el aceite mientras revuelves constantemente. Hazlo despacito para evitar salpicaduras.
- A revolver: Usa tu cuchara de madera para remover la mezcla hasta que veas que empieza a espesar, como si estuviera tomando una textura parecida a la de una mayonesa.
- El toque aromático: Aquí viene la parte mágica, añade el aceite esencial de lavanda y mezcla bien para que el aroma se integre perfectamente en tu jabón.
- Moldes y decoración: Una vez que esté bien mezclado, vierte la mezcla en los moldes que hayas elegido. Ahora es el momento de esparcir unas florecitas de lavanda secas por encima para darle un toque personal y bonito.
- Paciencia: Deja que tu jabón repose tranquilo durante unas 24 horas. ¡Nada de andar tocándolo cada rato!
- ¡Voilà!: Pasado ese tiempo, con cuidado saca del molde los jabones.
Son perfectos para regalar en ocasiones especiales
Es cierto que la primera cosa que nos viene a la mente al pensar en un jabón, es que se usa para limpiar. Pero en este caso, hay muchas otras cosas que podrás hacer con ellos:
- Detalles en bodas: Un pequeño jabón envuelto en una tela bonita es el detalle perfecto para los invitados en una boda.
- Regalos personalizados: Puedes hacer una cestita con jabones caseros y otros productos de baño para regalar en cumpleaños o navidades.
- Souvenir para retiros o talleres: Si organizas eventos, talleres o clases de yoga, puede ser un bonito y aromático recuerdo para los participantes.
- Un regalo para ti mismo: Porque tú también te mereces un mimo, úsalo en tu baño diario para beneficiarte de todas sus propiedades.
Si has llegado hasta aquí, ya estás listo para hacer tu jabón casero de lavanda, pero recuerda que aunque es un proceso sencillo, requiere tomar precauciones para evitar accidentes. Ya sea que decidas usarlo para tí, o que lo des como regalo, sentirás la satisfacción de un trabajo hecho con tus propias manos, lleno de cariño y con ingredientes naturales de primera calidad. ¿Te animas a probar?
Referencias Bibliográficas
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