Podar La Lavanda, ¿Sabes Cómo y Cuándo Hacerlo?
¿Eres de las personas que disfrutan del embriagador aroma de la lavanda y su capacidad para aportar un toque de color a cualquier jardín? Si es así, estás en el lugar adecuado. En este artículo, te revelaremos algunos trucos y consejos para podar la lavanda y ayudarte a mantenerla saludable y floreciente. ¡Sigue leyendo y descubre cómo darle un nuevo aire a tu jardín!
La poda hay que realizarla en una época del año concreta
La mejor época para podar la lavanda es a finales del verano o a principios del otoño. ¿Y por qué es eso? Bueno, resulta que en este momento, la lavanda ya ha florecido y se encuentra en un punto donde cortarla ayuda a que mantenga una forma bonita y compacta. Además, hacerlo después de la floración estimula el crecimiento de nuevos brotecitos para que en la próxima temporada te regale más de esas flores y aromas tan característicos. En resumen, si podas tu lavanda en este periodo, ¡le estás dando una ayudita para que vuelva con más fuerza el año siguiente!
Solo necesitarás unas tijeras
Para realizar esta tarea no necesitas un arsenal de herramientas, ¡todo lo contrario! Solo te harán falta unas tijeras de podar que estén bien afiladas y limpias. Si tienes un cuchillo afilado, también puede servir. Lo importante aquí es que las herramientas estén limpias para evitar pasarle alguna enfermedad a tu planta. Y ya está, ¡nada complicado! Con eso, estás listo para dejar tu lavanda en perfectas condiciones. ¡Manos a la poda!
Podar la lavanda es muy sencillo, sigue estos pasos
No es nada del otro mundo, pero por si no estas muy familiarizado te voy a contar paso a paso cómo hacerlo. Empecemos:
- Elige el Momento Correcto: Ya sabemos que el mejor momento para podar la lavanda es a finales de verano o principios de otoño, después de que haya florecido.
- Prepara Tus Herramientas: Asegúrate de que tus tijeras de podar o cuchillo estén afilados y limpios. ¡No queremos lastimar a nuestra planta ni contagiarle nada!
- Observa la Planta: Antes de empezar, échale un buen vistazo a tu lavanda. Identifica los tallos leñosos y las flores que ya estén marchitas o secas.
- ¡A Podar!: Corta alrededor de un tercio de la planta. Enfócate en los tallos leñosos y las partes secas. Pero ojo, no cortes hasta el tronco principal y siempre deja algo de follaje verde. Esto es para que la planta tenga de dónde empezar a crecer de nuevo.
- Despídete de las Partes Viejas: Retira las partes que hayas cortado y déjalas en el compost o úsalas para hacer sachets aromáticos. ¡Nada de desperdicio!
- Cuida tu Planta: Después de la poda, asegúrate de que tu lavanda tenga suficiente agua y nutrientes para recuperarse y volver a crecer fuerte y saludable.
¡Y ya está! Siguiendo estos pasos, verás cómo después de podar la lavanda crecerá más bonita y aromática. ¡Que disfrutes de la experiencia!
¿Qué beneficios tiene esta práctica sobre la planta?
Podar la lavanda trae un montón de cosas buenas, como por ejemplo:
- Más Flores y Aroma: Al podarla, estimulas el crecimiento de nuevos brotes, lo que significa ¡más flores y más de ese aroma delicioso!
- Previene la «Leñosidad»: Con el tiempo, tiende a volverse leñosa en la base. Podarla ayuda a controlar esto y a mantener la planta más verde y frondosa.
- Forma Compacta: La poda ayuda a que mantenga una forma más ordenada, ¡así se ve mucho más bonita en tu jardín!
- Mejora la Circulación del Aire: Al quitar partes viejas o secas, reduces el riesgo de enfermedades.
- Salud de la Planta: Eliminar las partes muertas o dañadas hace que la planta esté más saludable y fuerte, ¡y así puede enfrentarse mejor a plagas y enfermedades!
- Favorece la Floración: Una lavanda podada correctamente florecerá más abundantemente en la siguiente temporada, ¡así que tendrás un espectáculo garantizado!
Entonces, como ves, ¡son todo ventajas! Darle un buen corte de vez en cuando la mantendrá feliz y sana, y tu jardín se verá y olerá de maravilla.
Lo ideal es hacerlo cada año
Es buena idea realizarla anualmente pero, ¿y por qué? Pues porque así te aseguras de que la planta se mantenga saludable, fuerte y, sobre todo, ¡muy bonita!
Si decides no podar la lavanda, pueden aparecer alguno de los siguientes problemas:
- Se Vuelve Leñosa: La base de la planta se pone dura, y eso hace que no broten tantos tallos nuevos. ¡Y menos tallos nuevos significa menos flores y menos aroma!
- Pierde Forma: Puede volverse un poco “salvaje”, creciendo de forma irregular y desordenada. ¡Y queremos un jardín bonito, no un mini selva!
- Enfermedades y Plagas: Si dejas que se acumulen partes secas o muertas en la planta, esto puede favorecer el desarrollo de enfermedades. ¡Y nadie quiere una planta enferma!
- Menos Floración: Sin poda, la lavanda podría no florecer tan abundantemente. Y vamos, ¡las flores son una de las mejores partes de tener esta planat en el jardín!
Entonces, ya ves, hacerlo cada año no es un capricho, es una necesidad para mantenerla feliz y saludable. ¡Así que no lo olvides, a sacar esas tijeras!
Como has podido comprobar, la poda de la lavanda no es simplemente un trámite; es un arte que, cuando se hace correctamente, trae consigo un sinfín de beneficios. ¡Anímate a probarlo! Verás cómo, con un poco de esfuerzo y dedicación, tu lavanda será la envidia de todos tus vecinos. Y recuerda, no es solo por la belleza y el aroma; una lavanda bien cuidada es signo de un jardín saludable. ¡Manos a la obra y que comience la poda!
Referencias Bibliográficas
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